Si
usted ha visto las convenciones políticas cuando finalizaba el verano,
sabe que el partido político más prevaleciente en Estados Unidos ha
adoptado una plataforma que enfáticamente afirma los mismos pecados
condenados en Romanos 1:18-32. De hecho, en la versión que fue
ratificada inicialmente, ellos no consideran adecuado reconocer a Dios
(cf. Romanos 1:28).
Estos
políticos abogan explícitamente por el asesinato de bebés no nacidos y
quieren legalizar diversos tipos de perversión sexual. Por otra parte,
tienen la intención de aprovechar el proceso legislativo para obligar a
todos a aceptar y respetar su moral alterada.
No
son cuestiones "políticas". Se trata de un ataque a gran escala a la
Escritura usando (y abusando) el proceso democrático. Es un intento de
redefinir el pecado como justicia y viceversa. Esto trae a la mente las
palabras de Isaías 5:20: "¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo
bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que
ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!"
En resumen, ellos "cambiaron la verdad de Dios por la mentira" (Romanos 1:25).
Nosotros,
los que amamos a Cristo y queremos honrarlo, no podemos quedarnos
pasivos, en silencio mientras que los políticos de nuestra nación
prosiguen una agenda tan nefasta. La Escritura condena expresamente no
sólo a "los que practican tales cosas", sino también a aquellos que "se
complacen con los que las practican" (Romanos 1:32).
El
mes pasado prediqué dos sermones sobre cuestiones morales y bíblicas
que se debaten en la arena política. El primero de la serie es tan
urgente que lo hemos producido en masa; y hemos tomado la decisión -sin
precedentes- de enviar automáticamente una copia en CD a cada persona en
nuestra lista de correo. (Eso es cerca de 100.000 copias.) Usted
debería tener ahora una copia de ese mensaje, titulado "El aborto y la
campaña por la inmoralidad."
Quiero
que también tenga la segunda parte de esta nueva serie. Se llama "La
homosexualidad y la campaña por la inmoralidad"; y trata bíblicamente
otro tema efervescente que está siendo ampliamente discutido en estos
días. Para recibir su copia gratuita, sólo tiene que completar la
tarjeta de respuesta adjunta y enviarla hoy mismo.
Usted
podrá preguntarse por qué queremos hacer frente a estas cuestiones en
vísperas de una elección. Después de todo, mi oposición a llevar la
política partidista al púlpito es bien conocida. Escribí un libro entero
sobre el tema. (Llamado Por qué el gobierno no lo puede salvar
y, lamentablemente, ahora sólo está disponible en versión digital.)
Pero muy rara vez menciono, mucho menos comento, acerca del proceso
político.
Esto
se debe a que la Verdad avanza en este mundo caído no por la fuerza o
el poder político -no por la sabiduría humana o la influencia
burocrática- sino por la proclamación del Evangelio y la predicación de
la Palabra de Dios (1 Corintios 1:21). Debemos permanecer en esa tarea, y
con la ayuda de Dios, lo haremos.
Pero
el proceso político a veces se convierte en un medio para acelerar la
propagación de la iniquidad y la injusticia. En este caso, los temas son
claramente bíblicos, no meramente "políticos". Las perversiones
sexuales y la matanza de los niños no nacidos son pecados atroces -en
absoluto "derechos civiles"- de acuerdo a la Escritura. Cuando los
políticos tratan de legalizar y regularizar estos males, son ellos
quienes han propasado los límites de su función.
Durante
este ciclo electoral, la inmoralidad flagrante ha sido decidida,
enérgica y abiertamente integrada en la plataforma de un partido
político nacional. No seríamos fieles a la Palabra de Dios
-seríamos culpables de no proclamar todo el consejo de Dios-
si pretendiéramos que no está sucediendo. Usted recordará que Juan el
Bautista confrontó la maldad en los más altos niveles del gobierno
(Marcos 6:18). El suyo no fue un esfuerzo político, estaba tomando una
posición de justicia, porque respondía a una autoridad superior a
Herodes.
Permítanme
ser claro: no estoy pidiendo su voto a favor de algún partido o
candidato en particular; yo simplemente deseo exponer los temas bíblicos
vitales que sustentan las agendas morales corruptas y están pasando
como derechos civiles. Mientras hacemos esto, nuestro objetivo final es
exaltar al Señor Jesucristo y llevar Su evangelio a los incrédulos.
Después de todo, esto éramos algunos de nosotros (1 Corintios 6:11). Los
incrédulos no son nuestros enemigos, sino nuestro campo de misión en
necesidad de la verdad bíblica.
Siempre
hemos creído y enseñado que la Palabra de Dios es siempre pertinente y
totalmente suficiente para cada necesidad espiritual. En temporada y
fuera de ella, en año de elecciones o no, nuestra misión es proclamar el
Evangelio de la Biblia, enseñar a la gente lo que la Biblia quiere
decir por lo que dice, ayudar a la gente a pensar bíblicamente acerca de
los tiempos en que viven y equiparlos en sus ministerios a los demás.
Nos
damos cuenta de que no estamos solos en nuestras convicciones o nuestra
misión. El Señor nos ha rodeado de amigos como usted, celosos de la
verdad bíblica, que ven que hay grandes necesidades espirituales a su
alrededor, que reconocen la oportunidad que tienen de hacer un impacto y
que están con nosotros, proveyendo para sustentar este trabajo.
El
resultado es que muchos hombres y mujeres -algunos que anteriormente
tenían poco acceso o interés en recursos bíblicos sólidos- nos están
encontrando, están aprendiendo, creciendo e invirtiendo en los demás lo
que hemos invertido en ellos. A través de su apoyo, usted forma parte de
esa cadena de eventos que está haciendo eco en el cielo mismo. Gracias
por sus oraciones y, a medida que nos acercamos al final del año, por su
ayuda financiera. Que el Señor, quien ve, se lo devuelva, tanto en esta
vida como en la vida por venir.
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